jueves, 15 de octubre de 2015

resumen de la pedagogía personalista y educación para la paz


                                UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIAPAS 


                                                                                   

Facultad de humanidades
Campus vl
Curso: preuniversitario
Carrera: pedagogía
Materia: aprendizaje en linea
Alumno: Josue Guzmán López
Maestra:  Cenovia del Carmen Galindo Perez
Resumen de pedagogía personalista y Educación para la paz
publicado el
Fecha: 15 de octubre de 2015
Jueves
Hora: 19:19 PM
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PEDAGOGÍA PERSONALISTA Y EDUCACIÓN PARA LA PAZ


La elaboración de este artículo tuvo su origen en la lectura de unas páginas sobre educación para la Paz de José Antonio Ibáñez-Martín, en las cuales se sintonizan y se entremezclan el pensamiento pedagógico y la pasión por la educación del Autor, quien sugiere a los profesores las estrategias educativas que deben adoptar para ser "constructores de paz".
La reflexión sobre estas páginas me movió a examinar la Pedagogía de la Paz por lo tanto, esta contribución se articula en tres partes.
1.- A modo de introducción, se mencionan algunos pedagogos del siglo XX que han tratado ésta temática.
 2.- Se analizan las propuestas elaboradas por la pedagogía del personalismo italiano.
3.-Se dedica a reflexionar sobre el pensamiento de José Antonio Ibáñez-Martín acerca la Educación para la Paz.
La paz es uno de los grandes ideales educativos del siglo XX, al que pedagogos, educadores y "hombres de buena voluntad" han mirado con atención y esperanza. Una pedagogía que ha reelaborado el significado de la paz y ha ampliado sus horizontes con miras a la promoción de una "convivencia de las diferencias".
La construcción de esta estimulante pedagogía de la Paz se inició en los años treinta, implicando a educadores pertenecientes a antropologías pedagógicas, diversas; a diversas corrientes de pensamiento y de valores, a culturas y nacionalidades quienes han tratado de responder a la necesidad de reconstruir una civilización planetaria basada en el respeto al valor y dignidad de cada ser humano, la naturaleza y la vida.
Sostenía, entre otras cosas, que «la paz es una meta que se puede alcanzar solamente a través del acuerdo, y dos son los medios que conducen a esta unión pacificadora: uno el esfuerzo inmediato por resolver sin violencia los conflictos, como la guerra; el otro, es el esfuerzo prolongado de construir la paz entre los hombres mediante la educación.
En esta perspectiva se situaba también E. Clapa redé, quien sostenía que para lograr la paz es necesario resolver el problema de «desarmar el odio», que es esencialmente de tipo psicológico
Esta creencia era compartida por otros pedagogos de la Pedagogía Activa, entre los cuales podemos recordar a A. Ferrère, quien afirmaba que la paz.
De hecho, desde su punto de vista, sólo «reforzando la labor de las Naciones Unidas, y educando a los hombres para ver la necesidad de sustituir la anarquía internacional por un derecho internacional efectivo, el peligro inmediato (de la guerra)» podía «ser evitado»
Otros educadores (por ejemplo, S. Hessen [11] y E. Spranger [12]) tienen el mé- rito de haber sabido llamar la atención sobre los valores, las virtudes y sobre la conquista de una conciencia moral que está en la base de la naturaleza humana,
la educación en valores y para la conquista de la virtud se identifica con la educación para la paz que «impulsa la libertad y la individualidad personal, que deben comprometerse y se realizan en la "perfecta comunión espiritual"
Desde una perspectiva cristiana, se coloca con autoridad F. W. Foerster, quien afirmaba que «el gran potencial de enemistad y hostilidad existente en el mundo pueden ser eliminados y destruidos únicamente mediante la aplicación de los preceptos del Evangelio»
Retomando el tema de la humildad, Foerster apelaba a la capacidad de sacrificarse por los otros, de regular el instinto de autoafirmación, de vivir los preceptos evangélicos y de trabajar por «la afirmación de nuestros semejantes...», afirmando que solamente el respeto a la Palabra de Dios puede originar aquella política que «crea el ambiente moral en el que las diferencias y oposiciones legítimas pueden ser coordinadas y armonizadas entre s
También señalaba Mounier como la exasperación de la individualidad es el primero de los actos de guerra. En cambio, la disciplina de la persona, y el aprendizaje de un movimiento de la comprensión del otro
Por tanto, el logro de la paz exige una visión realista de la persona y es siempre fruto de un proceso de madurez personal. Quien asume el compromiso de educar no puede ignorar la existencia de la agresividad individual, la cual incluso presentándose más bien sospechosa al mundo de los valores.
Desde este enfoque, la persona es vista como una unidad, como un proceso vital, continuo y consistente, como el punto de apoyo que a una estabilidad y cambio, se trata de una totalidad dinámica que vale, que merece ser respetada y amada.
Por tanto, en este sentido, se puede afirmar que hablar de Educación para la Paz o a la Paz no se refiere a algo distinto de una educación tout-court, sin adjetivos, cuando, en realidad la educación se dirige al hombre y para el hombre.
Los pedagogos personalistas respondieron a esta llamada del Papa y Aldo Agazzi el 25 de enero del mismo año publicó un artículo titulado Una "nueva"pedagogía, la educación para la paz.
La Pedagogía para la Paz, de hecho, valoriza las fuerzas activas que tiene la persona, presupone ya la celebración de  potencialidad» y propone una educación capaz de hacer que cada uno comprenda el significado del eslogan «la paz también depende de ti.
                                 PARA SER CONSTRUCTORES DE PAZ
 En la abundante producción científica de José Antonio Ibáñez-Martín el tema de la Educación para la Paz no ocupa un espacio amplio sin embargo, se hace presente una fuerte y constante tensión ética, una voluntad de ayudar al ser humano a conseguir su "plenitud" y a construirse como persona virtuosa capaz de alcanzar una vida buena.
Se hace por tanto evidente que como fundamento de esta visión educativa existe una antropología que entiende al hombre como un ser valioso, que es persona y que por tanto, como enseña Sto. Tomás de Aquino es «aquello más perfecto que existe en la naturaleza» y consecuentemente tiene el derecho de adquirir una cultura que le permita valer más, ser más, de realizarse «según su naturaleza más profunda», «de comprometerse en la práctica de aquello objetivamente válido.
Con este propósito, el profesor, precisa que el ser humano es capaz de alcanzar una paz auténtica cuando consigue realizar «la unión entre la libertad y los valores que plenifican a la persona, precisamente porque posibilitan el desarrollo de la dignidad humana.
La educación tiene la tarea de orientar al ser humano a través de este horizonte y los educadores están llamados a promover "el espíritu de paz", El profesor propone, a los educadores, algunas estrategias.
La primera estrategia que aparece propuesta es la promoción de la capacidad de comprender el riesgo de ser víctima de prejuicios o de incomprensión que alimentan una cultura de la intolerancia, el resentimiento, el odio o de la guerra, y en última instancia de la muerte.  El deber de honrar el valor del ser humano es subrayado en la segunda estrategia en la cual el profesor solicita a todos los educadores esforzarse y comprometerse para individuar los elementos estructurales de la dignidad humana. Proponiendo esta estrategia afirma y precisa que la acción educativa no puede no tener en su fundamento una concepción del hombre, una antropología pedagógica de la cual surgen las finalidades y el ñú de la educación y los "contenidos esenciales" de la educación.
El pedagogo recomienda también a los educadores (cuarta estrategia) evitar los métodos educativos y los comportamientos que no favorecen la construcción de la cultura de paz. Por tanto solicita el compromiso para hacer que el ejemplo no degenere y se transforme en envidia y que la desigualdad de "dones". A la propuesta de esta estrategia sigue la recomendación de enseñar «los modos más razonables de comportarse en los conflictos».
La última propuesta es la de ayudar a los educandos «a que desarrollen un corazón bueno», invitándoles a hacer gestos de paz, incluso atreviéndose a romper las cadenas del fatalismo y liberarse del peso de las pasiones heredadas por la historia, Sugiere hablar con ellos, interpelándolos personalmente en el diálogo, alentando y animándolos a reflexionar y comprometerse con los otros, y a adoptar comportamientos coherentes con sus propias palabras, tratando de mostrar siempre generosidad y voluntad de paz.
José Antonio Ibáñez-Martín afirma, entre otras cosas, que el educador debe reflexionar sobre las relaciones que se entretejen entre la verdad, la libertad y el diálogo, Los educadores están llamados a impulsar el diálogo y a enseñar aquello que es bueno, «a mostrar sus bases teóricas».
A los educadores pide por lo tanto comprometerse para construir una comunidad donde se educa recíprocamente y donde es posible vivir según la verdad del ser humano, José Antonio Ibáñez-Martín invita a los educadores a confiar en los jóvenes, a comprender sus debilidades, a ofrecerles las oportunidades necesarias para proyectar y realizar su propia existencia. Este llamamiento nos lleva a enfatizar la oportunidad histórica y social, el vigor axiológico, la potencialidad, la promesa de eficacia y la tensión al bien de la propuesta de Educación para la Paz de José Antonio Ibáñez-Martín.
Por último, cabe señalar que Benedicto XVI en su Mensaje con ocasión de la 45° Jornada Mundial de la Paz pide a los adultos "estar atentos al mundo juvenil", de "saberlos escuchar y apreciar", precisando que esta atención "no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para construir un futuro de justicia y paz". La invitación del Santo Padre consiste en testimoniar cuidado, amor, esperanza en los conflictos de los jóvenes y a comprometerse «por su bien y para hacerles capaces de hacer el bien». Hay que asegurarse que todos los hombres y sobre todo los jóvenes sabrán comprometerse para crecer y "vivir humanamente", esto es, para poder estar bien consigo mismos y con los otros, para respetar y amar la vida, para tener una relación positiva con el propio ambiente, La paz es también «fruto de la justicia y efecto de la caridad es antes que nada un don de Dios que también es necesario construir y todos estamos llamados a construirla y a construirnos o constituirnos como personas de paz.

3 comentarios:

  1. Tu trabajo esta bien, pero no te que te falto respetar algunos signos por ejemplo: la tide que lleva los textos pero la informacion de la lectura si fue algo claro

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  2. Las ideas son muy claras y entendible.
    Nota: verifica tu signo de puntuación, alineación de texto.

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